Protesta de los vecinos del Besòs reclamando más equipamientos. Fuente: Arxiu AV Besòs / Desdelamina.net
I Jornadas sobre Márgenes y Periferias Urbanas
La revuelta urbana más importante que ha conocido Barcelona desde la guerra civil, fue la de octubre de 1990 acontecida en el barrio del Besòs. Este conflicto tuvo que ver con una situación en la que había un solar, el solar de la palmera, que se reivindico bajo el paradigma de un tipo de movimientos más amplios que responden a la idea de “No en mi patio trasero” (NIMBY).
Surgió la iniciativa de la Generalitat de levantar en aquel espacio unos edificios. Un espacio que había sido reivindicado desde hacía tiempo por parte de los vecinos del Besós, un barrio de bloques de finales de los años 60. En este conflicto tuvo lugar la primera actuación de orden público a este nivel del cuerpo de los Mossos d’Esquadra. La violencia policial fue intensa, brutal en muchos sentidos.
Tanto el Besòs como la Mina eran considerados barrios periféricos y suburbiales que compartían su baja calidad urbanística, así como el olvido del que habían sido objeto por parte de las administraciones públicas. Ambos ocupaban, y ocupan todavía, una zona codiciada para el desarrollo de una nueva región. Esto ocurre justamente en el momento de finalización de las grandes obras que deberían incorporar este cambio infraestructural en la que sería la Barcelona Olímpica. Proceso de la paulatina conexión de los barrios de la desembocadura del río Besòs a la Barcelona Metropolitana con el fin de permitir su expansión (Plan de la Ribera).
El proyecto de erradicación de La Mina y el traslado de sus vecinos al Besòs implicaba fundir y confundir un barrio marginal con un barrio de “honrada gente trabajadora”, integrados aunque fuera de forma precaria en el orden de la ciudad. En esa jerarquía material, pero también simbólica, el barrio marginal estaba en la instancia más baja, siempre a punto de precipitarse en el abismo acechante de la desorganización social. En referencia a la propuesta clásica de Louis Chevalier (1958) entre “clases peligrosas” y “clases laboriosas”, diferentes no sólo por constituir fuentes distintas de peligrosidad para el orden dominante, sino por la distancia que entre ellas se extiende como géneros de vida. Las clases peligrosas se singularizan por rechazar tanto los modelos de clase media, como la disciplina de fábrica que acabo asumiendo la clase obrera como propia, incluso para sus desobediencias. Por tanto, la noción de exclusión social es una especie de artefacto que sirve justamente para advertir a según quien de los riesgos en que puede incurrir en caso de que no se deje explotar.
Chevalier, L. (1969 [1958]). Classes laborieuses et classes dangereuses à Paris pendant la première moitié du XIXe siècle. París: Plon.
Delgado, M. (2016). “Luchas centrales en barrios periféricos: La ‘intifada del Besòs’, Sant Adrià del Besòs, octubre 1990”. En G. Aricó, J. Mansilla y L. Stanchieri (coord.) Barrios corsarios: memoria histórica, luchas urbanas y cambio social en los márgenes de la ciudad neoliberal. Barcelona: Pol·len, pp. 57-76
Para saber más sobre la cuestión: https://observatoriconflicteurba.org/2015/10/27/a-25-anos-de-la-intifada-del-besos-o-la-apropiacion-simbolica-del-conflicto-urbano-en-el-margen-derecho-del-besos/
Besos al Besòs. Revolta urbana Sant Adrià del Besòs. Barcelona, 1990.
“La intifada del Besòs, 1990. De la explotación a la exclusión” – Manuel Delgado