Terrenos vagos: Eyal Weizman sobre urbanismo militarizado

Ruinas de un edificio en la playa de Jaffa, hoy parcialmente demolido y convertido en un museo sionista.

Como contribución al debate sobre descampados que está teniendo lugar en el  interior del grupo OACU, publicamos este extracto de la introducción a la edición italiana de Hollow Land de Eyal Weizman [Verso, 2007], sobre las estrategias constructivas que utiliza el gobierno israelí para controlar el espacio de Palestina. Esta dinámica tiene muchos paralelísmos, también por parte de gobiernos públicamente menos estigmatizados.

“El conflicto espacial en Palestina ha rearticulado un principio: que para ser gobernado, el territorio tiene que ser constantemente rediseñado. Esto va más allá de la búsqueda de una forma colonial estable, permanente, ‘gobernable’, sino que apunta sobretodo al hecho que es la naturaleza misma del proceso de colonización que se desarrolla a través de la constante transformación del espacio. Imprevisibilidad y aparente anarquía son parte de esta violenta lógica del desorden. […] La furiosa violencia del ataque israelí dejó 1.400 muertos y 20.000 edificios completamente destruidos, alrededor del 15% de todos los edificios de la franja de Gaza. Después de esta destrucción, según la imaginación del gobierno israelí, vendrían unos experimentos inmobiliarios que combinarían los servicios sociales con la arquitectura, con el objetivo de sustituir el campo de refugiados con ‘proyectos residenciales’. Una de las finalidades que se persiguen es la ruptura de la continuidad histórica, social y espacial del campo de refugiados, y con ella la identidad política colectiva de los refugiados, que se considera la  más grande amenaza al orden político actual”.