Es la hora de dejar de ver los diferentes papeles que jugamos en los movimientos sociales como separaciones entre activistas y académicos, y empezar a verlos como una importante y necesaria división del trabajo. (Mitchell 2008, 454)
Entre el 12 y el 14 de Setiembre 2019 un impresionante grupo de activistas e investigadores se reunirá en el emblemático espacio de la Universidad de Harvard en Estados Unidos. El fin del encuentro es el de reflexionar sobre cómo las universidades pueden contribuir a las luchas por la vivienda, qué ejemplos hay de colaboración real, qué propuestas hay desde los movimientos sociales y desde la academia, en varias ciudades del mundo.
¿Es suficiente escribir artículos, publicar libros, pronunciar papers y conferencias, para contribuir realmente a los objetivos del activismo urbano? Cómo nos defendemos de la subsunción institucional, de la máquina de la industria cognitiva que convierte cualquier buena idea en una ocasión para crear crédito académico, punctuación en los rankings científicos, en breve, en instrumentos para rentabilizar hasta el radicalismo político?
Las universidades son actores fundamentales de la gentrificación de las ciudades; la misma Harvard, por ejemplo, con el nuevo campus en Allston está expandiendo su impacto desde Cambridge, ya blanqueado y convertido en residencias para estudiantes, a los pueblos colindantes (se vea este brillante análisi del impacto de Harvard sobre Boston). A su vez, las instituciones financeras conducen una batalla incesante para trivializar a la gentrificación y al desplazamiento forzado, intentando socavar las bases de las luchas urbanas. El último ejemplo es el report de la Reserva Federal de Philadelphia de julio 2019 (aquí), que pretende demostrar que mercificar las ciudades beneficia a los pobres, o al menos no les perjudica. A partir de este trabajo, basado sobre censos y datos cuantitativos, una ola de artículos de divulgación empujan sus argumentos hasta decir que la gentrificación es positiva; en el Financial Times, en el City Journal, en castellano en El Confidencial (que publicó también una respuesta). Tesis como esta siguen recibiendo crédito en la prensa, a pesar de décadas de investigación científica sobre la violencia del urbanismo neoliberal.
Así que, sin duda, hace muchísima falta seguir produciendo reflexiones críticas. Pero ¿cuál es nuestro objetivo: que nos publiquen en el Financial Times, que nos hagan muchos retweet, que las universidades se hagan más ricas o prestigiosas, para seguir especulando y gentrificando – o que las reflexiones e informaciones que producimos sean útiles para las luchas urbanas? ¿Qué métodos podemos emplear para pasar el conocimiento desde las universidades hacia la sociedad civil, y no al revés?
Para abordar un tema tan complejo y actual hemos contactado a gente que ha luchado y estudiado en diferentes ciudades del mundo. El resultado es el congreso Urban Activism: Staking Claims in the 21st Century City. Los participantes:
S’bu Zikode del movimiento de barraquistas Abahlali baseMjondolo de Johannesburg; Welita Caetano del Frente de Luta por Moradía de São Paulo, ahora incluida en la lista de activistas criminalizados en Brasil (ver aquí); Erin McElroy del Anti-Eviction Mapping Project en San Francisco; Diana Bell Sancho del DRAN, la red de investigación y acción sobre desplazamientos forzados en el MIT; Yasar Adanali, activista contra los desalojos en Istanbul (véase aquí) ahora en el Center for Spatial Justice; Steve Meacham y Lisa Owens del grupo City Life Vida Urbana activo en contra de los desalojos en Boston; Dominic Moulden de Organizing Neighborhood Equity en Washington DC (ONE-DC); Stavros Stavrides de Atenas, muy reconocido teórico de los bienes comunes; Alexander Shopov que trabaja sobre huertos comunitarios urbanos en Istanbul; Abir Saksouk (por skype), experta de participación popular en Beirut.
El congreso, organizado por Joan Chaker, Aylin Yildirim Tschoepe y Stefano Portelli, contará también con la presencia de científicos de reconocido prestigio académico, que moderaran los debates y la mesa redonda, o pronunciarán los discursos de abertura. Entre ellxs: Mindy Fullilove, psicóloga de New Jersey que hace décadas estudia el desplazamiento forzado de las comunidades afroamericanas desde los centros de las ciudades de EEUU (véase aquí); Loretta Lees, geógrafa crítica de Leicester, experta internacionalmente reconocida de la gentrificación en UK y en el mundo (véase aquí); Michael Herzfeld, uno de los más importantes antropólogos viventes y profesor de Harvard, que analizó la relación entre patrimonialización y ‘limpieza espacial’ en Roma y Bangkok; y Sai Balakrishnan, urbanista del GSD de Harvard experta en derecho a la tierra en la India. Aquí la lista completa de participantes.
El último día de la conferencia, lxs activistas de Boston llevarán a lxs demás participantes en una visita guiada por los espacios contestados de Cambridge y Boston.
- Página web del congreso Urban Activism: Staking Claims in the 21st Century City. Del 12 al 14 de Septiembre 2019 en el Barker Center de la Universidad de Harvard, 12 Quincy Street, Cambridge, MA. Muy pronto será disponible el booklet de la conferencia en PDF!
- El negacionismo de la gentrificación, esa literatura repetitiva que desde Hamnett, Vigdor y Braconi, y Freeman, sigue intentando demostrar, contra toda evidencia, que la gentrificación no produce desplazamiento (como éste artículo de 2015 en Slate, o este report siempre del Federal Reserve of Philadelphia, que dicen lo mismo de los de ahora), forma parte de lo que Tom Slater llama agnatología, es decir la producción activa de la ignorancia por parte de think-tank neoliberales. Un antídoto: Tom SLATER, 2009, “Missing Marcuse: on Gentrification and Displacement“, City,13(2), 293-311.
- Sobre el papel de las universidades en la gentrificación, véase aquí (Londres), aquí (Chicago), aquí (New York) y aquí (Philadelphia)
- Sobre investigación militante: Don MITCHELL, 2008, “Confessions of a Desk-Bound Radical”, Antipode (PDF); BOOKCHIN, et al.. 2013. Militant Research Handbook. New York: New York University (PDF); Tania HERRERA 2018, “Militant Research“, Krisis, n.2.